Belleza
12 momentos que solo entenderás si tienes caderas grandes
Seamos realistas, las caderas anchas han sido el centro de atención desde siempre. Desde las diosas antiguas hasta las divas modernas, esas hermosas y voluptuosas caderas siempre han llamado la atención y han suscitado conversaciones. Pero, ¿qué dicen realmente las caderas anchas sobre las mujeres? Abróchate el cinturón, porque estamos a punto de sumergirnos en el amplio mundo de las caderas con un toque de humor y una pizca de datos curiosos.
1. El mito, la leyenda, las caderas
En primer lugar, aclaremos una cosa: tener caderas anchas no significa automáticamente que seas la reina del parto o la campeona del baile. Aunque, si lo eres, ¡mucho mejor para ti! Las caderas anchas se han relacionado a menudo con la fertilidad, gracias a las esculturas y pinturas antiguas que representaban a mujeres con curvas generosas. Pero, espera, antes de que empieces a pensar que tus caderas están enviando señales de fertilidad, recuerda que se trata más de estética que de ciencia.
2. El efecto “las caderas no mienten”
¿Recuerdas la exitosa canción de Shakira “Hips Don't Lie”? No estaba bromeando. Las caderas anchas transmiten cierta honestidad. Le dicen al mundo: “Estoy aquí, soy fabulosa y no tengo miedo de hacer alarde de ello”. Las caderas anchas pueden darte ese impulso adicional de confianza, haciéndote sentir que puedes conquistar el mundo, o al menos la pista de baile.
3. Equilibrio y proporción: todo es cuestión de proporciones
Las caderas anchas suelen contribuir a la codiciada figura de reloj de arena. Ya sabes, esa que te hace sentir como una Jessica Rabbit de la vida real. Todo es cuestión de equilibrio y proporciones. Las caderas anchas combinadas con una cintura más pequeña crean una silueta que es a la vez atemporal y moderna. Así que, si las tienes, ¡haz alarde de ellas! Y si no, no te preocupes, la moda te respalda con los jeans y las faldas de cintura alta.
4. Bromas aparte: la verdad
Vale, vamos a añadir un par de datos para que no haya ambigüedades. Los estudios han sugerido que las caderas anchas podrían estar relacionadas con unos niveles más altos de estrógeno. Pero seamos realistas, nadie mide sus caderas con una regla y una calculadora para averiguar sus niveles hormonales. Las caderas anchas también implican un centro de gravedad más bajo, lo que podría hacer que tengas un mejor equilibrio. Así que la próxima vez que consigas hacer esa postura de yoga, ¡dale las gracias a tus caderas!
5. El estante no deseado
Las caderas anchas también pueden actuar como un estante. Es una bendición y una maldición cuando los objetos pequeños, e incluso el teléfono, caen sobre las caderas en lugar de en el suelo. El lado positivo es que te ahorra tener que agacharte para recoger cosas. Además, puedes llevar objetos más pesados con más facilidad.
6. Alerta de fashionista
Las caderas anchas son una declaración de estilo en sí mismas. Piensa en todos los íconos de estilo que han lucido sus curvas: Beyoncé, Kim Kardashian y Marilyn Monroe, por nombrar algunas. Esas caderas anchas no son solo una cuestión genética; son una declaración de estilo. ¿Pantalones de cintura alta, faldas tubo y vestidos ajustados? ¡Sí, por favor! Las caderas anchas resaltan lo mejor de estos estilos, dándote un impulso adicional.
Sin embargo, por mucho que nos guste celebrar las caderas anchas, no pretendamos que todo es color de rosa. Tener caderas anchas conlleva sus propios desafíos que solo quienes tienen la suerte de tener estas curvas pueden comprender de verdad. A continuación, se presentan cinco problemas divertidos y muy reales a los que se enfrentan las chicas con caderas anchas todos los días.
1. La eterna búsqueda de unos jeans que te queden bien
Encontrar un par de jeans que se ajusten tanto a la cadera como a la cintura es como encontrar un unicornio. O bien quedan perfectos en las caderas pero quedan anchos en la cintura, o bien se ajustan a la cintura pero quedan más ajustados que una tripa de salchicha en las caderas. ¿Vaqueros ajustados? Más bien sueños ajustados.
2. Las aventuras de chocar las caderas
Transitar por espacios estrechos se convierte en un deporte extremo. Te has chocado con más marcos de puertas, mesas y sillas de los que puedes contar. Y ni hablemos de intentar pasar junto a alguien en una habitación llena de gente. ¡Lo siento, pero no me arrepiento de los empujones accidentales, amigos!
3. La lucha por el traje de baño
Comprar un traje de baño puede ser una pesadilla. Los bikinis de corte alto que lucen increíbles en el maniquí de alguna manera se transforman en hilo dental cuando te los pruebas. Te encuentras en una batalla de voluntades, luchando con la tela para cubrir tus caderas sin renunciar al estilo. Alerta de spoiler: la tela generalmente gana.
4. Faldas y viento: una trágica historia de amor
Las faldas acampanadas no se llevan bien con los días ventosos. Mientras que otras se deslizan con gracia con la brisa, tú luchas contra un momento a lo Marilyn Monroe cada vez que se levanta una ráfaga de viento. Sujetar la falda se convierte en una forma de arte, una que dominas a pesar de innumerables situaciones casi embarazosas.
5. El apretón de la silla
Los asientos públicos no están diseñados para personas con caderas anchas. Asientos de avión, sillas de teatro, incluso cabinas de restaurantes… Seguro que has tenido problemas con todos ellos. Apretujarse en un espacio reducido es como intentar meter una clavija cuadrada en un agujero redondo. Y seamos realistas, a nadie le gustan las guerras de apoyabrazos.
6. La falda subida
Las faldas tubo pueden verse fabulosas, pero tienen vida propia. Caminar del punto A al punto B a menudo se convierte en un tira y afloja continuo para evitar que la falda se suba. Cuando llegas a tu destino, has hecho suficientes sentadillas como para considerarlo un entrenamiento.
Abraza las caderas, ama el viaje
Las caderas anchas traen consigo una mezcla de desafíos y bendiciones, pero los aspectos positivos superan con creces a los negativos. Desde aumentar tu confianza hasta mejorar tu estilo, estas curvas son un regalo que hay que celebrar. Así que acepta tus caderas, presume de tu estilo y ama cada centímetro de tu hermoso y único cuerpo. Porque, al fin y al cabo, las caderas anchas no solo mienten: cuentan una historia de belleza, fuerza e individualidad.
¡Sal y presume de tus caderas con orgullo! Y recuerda, no se trata del tamaño de tus caderas, sino de cómo las mueves.
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